Los sindigarcas haciendo puesta en escena: Ironías de la vida, los ñoquis amenazan con no trabajar los kukas de ATE vuelven a la carga con un paro general

Los kukas aglutinados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) realizará este martes un paro nacional de 24 horas con movilización al Congreso desde las 11 de la mañana, en rechazo a la reforma laboral impulsada por el Gobierno de Javier “Jamoncito” Milei.

Una vez más, el gremio vuelve a recurrir al mismo libreto: paralizar dependencias públicas, cortar la ciudad y entorpecer la vida diaria de miles de trabajadores que sí necesitan llegar a tiempo a sus empleos para ganarse el mango.

La medida, impulsada por su secretario general, el ultra K Rodolfo Aguiar, se suma a una larga serie de protestas que, más allá del ruido y la retórica combativa, no han conseguido un solo resultado concreto en los últimos meses. Sin embargo, Aguiar buscó ir aún más lejos al advertir que los gobernadores serán “cómplices primarios” si acompañan el proyecto del Ejecutivo.

Según dijo, los mandatarios provinciales serían “partícipes necesarios del mayor ataque en democracia a todos los derechos laborales”. Y hasta deslizó la posibilidad de trasladar las protestas a las provincias.

En la Ciudad de Buenos Aires, ATE convocó retiros de los lugares de trabajo desde las 10.30 para garantizar la movilización. Esto implica una nueva paralización del sector público, que ya viene funcionando con demoras crónicas, y un cuello de botella en el tránsito capitalino que afectará, otra vez, a los ciudadanos que no tienen margen para perder horas por causas ajenas.

El gremio exige reapertura de paritarias, una recomposición salarial de emergencia y rechaza el recorte del 10 por ciento en la planta estatal anunciado por el Gobierno. Aguiar asegura que el sector público vive una “emergencia salarial” y denuncia una pérdida del poder adquisitivo superior al 33% en los últimos 23 meses. Pero, al igual que en cada movilización previa, los argumentos gremiales chocan con el hartazgo social que generan sus métodos.

La lista de organismos descentralizados que, según ATE, serían afectados por el recorte incluye la Oficina Anticorrupción, el INDEC, el CONICET, el INTI, el INTA, la ANSES, el Enargas, el Enre, la Coneau, la Conadis, el Archivo General de la Nación y el Enacom, entre otros. No obstante, lejos de encarar una negociación seria o presentar alternativas viables, el sindicato vuelve a empujar a miles de trabajadores al colapso urbano y administrativo.

Mientras tanto, del lado oficial, la reforma laboral que tanto rechaza ATE apunta —según el borrador circulante— a reducir la litigiosidad, promover el empleo formal y actualizar las relaciones laborales para adecuarlas a un mercado que cambió hace décadas y que el Estado argentino aún no logra acompañar.

La realidad es que las protestas continúan acumulándose sin modificar el curso político, pero sí erosionando la paciencia de la sociedad, que cada vez percibe menos justificación para medidas que terminan afectando a todos menos a sus protagonistas.

Una vez más, ATE apuesta al bloqueo y la confrontación. Y, una vez más, son los ciudadanos quienes pagarán los costos, mientras los resultados —como viene ocurriendo— siguen brillando por su ausencia.