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Pierde el pelo pero no las mañas

Quiere la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos: Adorni intenta burlar las leyes y ejercer doble cargo

Manuel Adorni estaría buscando alguna trampa jurídica que le permita seguir manteniendo su puesto de “bobocero” presidencial en caso de resultar electo en las elecciones porteñas

CABA

Haciendo gala de una actitud propia de la casta política a la que la gestión de Javier Milei supuestamente venía a combatir, el “bobocero” presidencial Manuel Adorni quiere la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos, por lo que está buscando alguna trampa que le permita continuar en su cargo en caso de resultar electo en las elecciones legislativas porteñas.

En la práctica, mantener un doble cargo estaría prohibido por las leyes de la Ciudad de Buenos Aires, por lo que Adorni, quien encabeza las listas de La Libertad Avanza en la CABA, tendría que elegir entre su puesto actual de portavoz y la banca en la legislatura porteña.

No obstante, la avaricia del “bobocero” no tiene límites, y aunque inicialmente se especuló con que Adorni encabezara la boleta libertaria de forma testimonial para luego renunciar y dejar la banca a su sucesor en la lista, ahora el buchón presidencial se encuentra revisando la Constitución de arriba a abajo, en busca de algún vacío legal que le permita ejercer las dos funciones en simultáneo.

Por los pasillos de La Rosada se comenta que, en los últimos días, “Carabobo” viene juntándose con juristas que le ayuden a hacer trampa y encontrar la forma de forzar la interpretación de la carta magna porteña, que es la que expresamente impide este tipo de abusos.

Textualmente, el artículo 73 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires establece: “La función de diputado es incompatible con: el ejercicio de cualquier empleo o función pública nacional, provincial, municipal o de la Ciudad, salvo la investigación en organismos estatales y la docencia”.

Mientras tanto, Adorni afirma públicamente que en caso de ganar dejará el cargo nacional. No podía ser de otra manera: sería un bochorno que un candidato haga campaña y exprese que, aunque lo voten, renunciará al cargo para dejarle el lugar a otra persona de menor jerarquía. Pero lo cierto es que el cuantioso sueldo -en rango de ministro- que cobra el “bobocero” es un incentivo demasiado jugoso como para dejarlo pasar tan fácilmente.

No obstante, los problemas con la doble identidad de Adorni ya están marcando problemas desde antes de las elecciones. El hecho de que un funcionario que ejerce la comunicación del Gobierno Nacional a diario esté compitiendo como candidato para una elección hace pensar en una posible disparidad que le daría ventaja al vocero en plena campaña.

De hecho, la oficina de Adorni en la Casa Rosada se ha transformado en el bunker proselitista del “bobocero”, por lo que más allá de lo que diga en las ruedas de prensa, el funcionario ya se encuentra haciendo uso de las instalaciones y comodidades del Estado en beneficio de su campaña, lo que ha despertado la ira de sectores de la oposición.

Con este panorama, en La Libertad Avanza cortan clavos para encontrar una solución que le permita a Adorni conservar también el puesto en el Gobierno nacional. Esto no solo beneficia a la billetera del “bobocero”, sino que además el hecho de que el candidato de Unión por la Patria, Leandro Santoro, lidere las encuestas, generan dudas acerca de si vale la pena perder al “buchón” favorito de Milei a cambio de un segundo puesto en las elecciones.

Cabe destacar que, al tratarse de elecciones legislativas, es prácticamente imposible que Adorni, al encabezar la lista libertaria, no tenga acceso a una banca. La pregunta que se hacen en el Gobierno es si llevar a Adorni como candidato servirá para mostrar una buena imagen como partido y que esto le dé impulso a Javier Milei.

Si pese a poner “toda la carne en el asador”, Santoro termina siendo el ganador, para el Gobierno se vivirá como una derrota. Es por eso que la importancia de engañar a la constitución y permitirle a Adorni ejercer doble cargo podría atenuar el posible golpe: de lo contrario, el Gobierno no solo no obtendrá una victoria, sino que además Adorni se verá forzado a renunciar a su rol de vocero, o por el contrario, admitir que engañó a sus votantes porteños, lo que podría repercutir en los comicios del resto del país.

 

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