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La política mercenaria y turbia

La casta nueva: “La gran rosca bonaerense la libertad super negociada y las lapiceras a la carga

Por estos días, en la provincia de Buenos Aires, la palabra “alianza” está tan devaluada como el peso, pero igual todos corren a armar una. Y no por convicción, por supuesto. Lo que está en juego no es el modelo de país, ni la identidad partidaria, ni la épica republicana. Lo que está en juego son las listas, esa liturgia fundacional de la política argentina donde los cargos se reparten como si fueran medialunas de catering.

Judiciales

El próximo miércoles vence el plazo para inscribir las alianzas electorales provinciales, y en ese reloj de arena invertido los partidos ya no debaten ideas, sino lugares. Porque la única idea común es sobrevivir. ¿El pueblo? Como siempre decimos, bien gracias.

El PRO y LLA: una alianza contra “la casta”, armada entre casta

El PRO bonaerense, después de una asamblea que duró lo que dura un café frío, votó a favor de una “alianza amplia” con un objetivo sublime: “frenar al populismo”. ¿Y con quién lo van a frenar? Con La Libertad Avanza, la fuerza que en cada acto vocifera que hay que dinamitar al PRO y todo lo que huela a casta. La ironía es deliciosa: los que piden cortar con la casta se sientan a la mesa con los que diseñaron la casta. El Titanic y el iceberg firmando un acuerdo de gobernabilidad. Y no es que se están peleando por la orientación ideológica del frente, no. Se están peleando por el primer lugar en la lista de senadores provinciales en la Cuarta Sección Electoral. Más específicamente, por quién se queda con el sillón y quién con la lapicera.

Junín: un teatro de operaciones

En Junín, la novela tiene protagonistas conocidos y parlamentos repetidos. Por un lado, está el intendente Pablo Petrecca, que quiere ir al Senado pero no quiere dejar el poder, y por otro, Gonzalo Cabezas, libertario autoproclamado garante de la pureza ideológica del mileísmo, que también quiere ir al Senado y no tiene problemas con decirlo abiertamente. Según fuentes del roscódromo, la disputa está trabada. El libertario no se baja, Petrecca no cede, y la palabra “consenso” suena tan lejana como la palabra “PBI positivo” en el Ministerio de Economía. El dilema es de relojería política: si Petrecca se va al Senado, lo reemplaza Juan Fiorini, actual presidente del Concejo Deliberante, por simple sucesión legal. O sea, el intendente se va sin renunciar y sin elecciones, como todo buen liberal que respeta las formas, mientras se asegura un nuevo despacho con aire acondicionado en La Plata.

Claro que si lo mandan al tercer lugar de la lista, ese que supuestamente «también entra», ahí aparece otro problema: ese puesto lo pelean también Mauro Imperatori, otro libertario local, y Leandro Cabrera de Chivilcoy. En otras palabras, el Senado se transformó en un “Súper TC 2000” de egos con escape libre. Mientras tanto, en varias ciudades ya se tapan la nariz, como sucede en 9 de Julio, donde la intendente amiga de Petrecca, ya tiene los oídos gastados de escuchar al tío de Cabezas, que canta la marcha peronista desde que empieza a cantar el gallo hasta el último ron con juguito de banana que se toman las amigas.

La gloriosa lista 3 (?)

Del otro lado del ring, la UCR se enfrenta a su dilema favorito: existir o simular que existe. Después de años de ser furgón de cola en Juntos por el Cambio, ahora barajan la idea de armar un “frente de centro”, ese limbo político donde se puede estar con todos sin comprometerse con nadie. Liberalismo socialdemócrata, podríamos llamarlo.
En Junín, los radicales saben que si siguen con el PRO pierden bancas, pero si se van, igual podrían no ganar ninguna. Lo están evaluando, como siempre, con una convención, dos comités, tres votaciones internas y muchas ganas de no perder la lapicera, aunque no haya tinta.

La figura emergente es el concejal Juan Pablo Itoiz, que podría encabezar la lista local del nuevo “frente de centro”. Porque en esta provincia todo es “frente”: Frente de Todos, Frente Amplio, Frente Renovador, Frente de la Libertad… todos avanzan, nadie gobierna.
En Bragado el problema persiste en la misma dirección, con la diferencia que acá podría salir a la cancha la lista n° 3, y con varias figuras históricas que están lustrándose los zapatos de salvadores de la política.

En este maravilloso teatro de la política bonaerense, las ideas no importan, los planes de gobierno tampoco, y los ciudadanos somos apenas el decorado. Lo único real es la lapicera, los cargos y la obsesión por no quedarse afuera de nada. Se dicen libertarios, republicanos, desarrollistas o progresistas, pero todos coinciden en una sola cosa: el Estado es una fuente inagotable de empleo para los amigues. Si alguna vez soñaste con una Argentina meritocrática, donde los mejores lleguen por sus ideas, te equivocaste de siglo o de planeta. Acá el mérito es saber con quién te sacás la selfie final antes del cierre de listas. Y mientras los vecinos miran con una mezcla de resignación y cinismo, la rosca avanza. La libertad también, siempre y cuando venga con cargo.

Hace unos días atrás, una persona me dijo que nosotros estábamos exagerando bastante (en el tema de dar una batalla en pos de defender la posición del medio de comunicación), dado que la ciudadanía evitaba tener el empoderamiento que da el conocimiento de los derechos, el análisis «por fuera de la necesidad incansable de currar con los discursos de la delincuencia política». El impulso de mi corazón desde temprana edad me llevó siempre al cuestionamiento del poder, este donde este. Todos mis amigos y conocidos, sean de la ideología que sean, tiene claro que mi

cuestionamiento principal, es a las distintas actitudes de impunidad, donde los mortales piensan que pueden plantear cualquier pavada como excusa para adueñarse de las cajas que llena la población con sus impuestos.

Chamuyeros , vende humo

Nada alcanza cuando se trata de cuestionar a la mersa política. Si no tienen soluciones, si no las pueden dar, que dejen de cobrar tanta cosa. Da nauseas ver toda la plata que nos sacan para no brindar los servicios. En la cuadra de mi casa, hace días que ni siquiera hay luz, y sumando todo lo que pagamos en la cuadra, podrían haber alumbrado varias cuadras.
Cerrando la idea, porque no es el motivo del escrito; queda claro que pocas esperanzas quedan para la provincia por este camino, donde la rosca se volvió tan frágil, tan barata, tan mediocre. Con figuras que claramente están dispuestos a todo, por correr, por pisar, por lo que sea, pero de trabajar por las secciones ni hablemos.
Cabezas se las recorrió todas, ya no le queda más nada por inventar, y tampoco hizo demasiado esfuerzo por beneficiar ni a la primera, ni la segunda, ni la novena, nada. Ahora a la cuarta, para liderar. ¿Liderar que cosa?
Por otro lado, Petrecca le prometió tantas cosas a Junín, y ahora poco le importa; querer rajarse si de política se trata, aunque obviamente no decimos que no hizo cosas por su ciudad, pero podría quedarse y hacer más, eso prometió como candidato a intendente. Lo bueno es que Cabrera no va primero, eso hubiera sido un chiste de mal gusto.

Por: Moisés Vazquez

 

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