El basura de la peor calaña y desquiciado: Milei eligió un nuevo enemigo un nene con autismo

El Gobierno nacional está constantemente buscando enemigos, no es una novedad. «La casta» en su sentido abstracto y amplio es, supuestamente, su gran rival a vencer pero cuando uno escarba en lo que parece significar «la casta» para Javier Milei son los jubilados, los docentes, los científicos, los médicos y un largo etcétera. Pero en los últimos días de mayo sobrepasó todos los límites, porque el nuevo enemigo de la gestión libertaria es Ian Moche, un nene de 12 años con autismo.

Oriundo de La Plata, Ian lleva años utilizando sus redes sociales y participando en canales de televisión para concientizar sobre el trastorno del espectro autista y visibilizar la necesidad de más capacitación en salud y educación.

En el marco de los reclamos para que el Congreso avance en la declaración de emergencia en discapacidad, Ian ha tenido entrevistas en distintos programas y expuso que el titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, se dirigió a él y su madre con un total desprecio y falta de empatía.

«Si tenés un hijo con discapacidad es un problema tuyo, no mío ni del Estado», le habría dicho el funcionario a la madre del nene, y además le habría reclamado porque ella “no paga peaje» y él sí.

Luego de la viralización de esta situación, el Gobierno intentó desacreditar las declaraciones de Ian y su progenitora, pero los límites los cruzó, una vez más, el presidente Javier Milei, que en su cuenta de Instagram compartió una imagen tildando de «operador K» a Moche.

Allí, el jefe de Estado compartió un collage de Ian con Paulino Rodríguez, y dos imágenes más, una con Cristina Fernández de Kirchner y otra con Sergio Massa. Lo que obvió el mandatario al difundir estas imágenes es que, en el marco de su campaña para concientizar sobre el autismo, el niño se reunió en 2023 con dirigentes de todo el espectro político, incluyendo a algunos que hoy son funcionarios de su propio gobierno.

Viendo a quiénes elige Milei como sus enemigos ocasionales para desviar la atención de la situación económica, o por por motivo que sea, «la casta» se parece cada vez más a la gente de a pie que sólo busca vivir un poco mejor.