Petri compró 27 tanques Stryker usados a Estados Unidos por 100 millones de dólares, ignorando los Guaraní de Brasil, más baratos, nuevos y con tecnología transferible
Los traidores y corruptos liberfachos: Mambrú se fue a la guerra Milei y Petri despilfarran 32 millones de dólares en tanques usados de Estados Unidos
Sí, 100 millones por tanques usados, descartados incluso por Chile, que el Ejército argentino ni siquiera había recomendado.
Los Stryker, diseñados para mover tropas y equipos en conflictos como los de Irak o Afganistán, son presentados por Petri como un paso hacia una Argentina que “defiende la libertad” y “recupera capacidades”.
Pero fuentes militares consultadas por este medio cuentan otra historia. Según ellas, la opción brasileña del Guaraní era no solo más económica, sino también más conveniente para el país. Cada Stryker cuesta 3,7 millones de dólares, mientras que un Guaraní sale por 2,5 millones.
Haga las cuentas: por 27 vehículos, Brasil ofrecía un ahorro de 32 millones de dólares.Pero el precio no es lo único que juega en contra de la decisión de Petri.
Los Guaraní, nuevos y con tecnología transferible, son compatibles con componentes argentinos, como motores y transmisiones de IVECO, lo que permitiría mantenimiento local y un impulso a la industria nacional.
Además, no hay límite en la cantidad a adquirir, son interoperables con Brasil —aliado clave en el Mercosur— y, a diferencia de los Stryker, son anfibios, ideales para los ríos argentinos.
Los Stryker, en cambio, llegan en lotes limitados, con un ciclo de vida útil más corto y un mantenimiento más caro, según las fuentes. “Es una flota heterogénea, usada, que no se adapta a nuestras necesidades”, critican.
La compra, que incluye cinco unidades en julio y el resto en diciembre, parece más un guiño geopolítico a los aliados estadounidenses de Milei que una decisión pensada para el país.
Mientras el «Jamoncito» pregona austeridad, esta movida millonaria ignora al propio Ejército y a la industria local, priorizando una alineación con Washington que ya se vio en la compra de los F-16 y en el coqueteo con la OTAN. ¿Defensa de la libertad o despilfarro innecesario?

