Es que el exvicepresidente y gobernador de la provincia de Buenos Aires, luego de su derrota electoral, tuvo un desempeño decente como embajador en Brasil, que hasta llevó a la militancia peronista a afirmar “qué presidente nos perdimos”, en relación al contraste —contrafáctico— de lo que podría haber sido un eventual mandato suyo, en lugar de los cuatro años de Mauricio Macri entre 2015 y 2019.

Sin embargo, la caída en desgracia del Frente de Todos y la derrota de Unión por la Patria en las urnas lo dejó bien parado y continuó en las filas del oficialismo. Que el partido de gobierno haya cambiado y la Casa Rosada sea conducida por la antítesis de lo que pregona el peronismo es apenas un detalle, y Scioli mezcló uno de sus lemas de campaña presidencial con el partido de Javier Milei: “Con fe y esperanza, La Libertad Avanza”.

Si bien salió eyectado de la Embajada en tierras cariocas a mediados de enero de 2024, a la semana fue nombrado secretario de Turismo, Ambiente y Deporte de la Nación, bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete que ahora conduce Guillermo Francos.

Se sabe que el turismo, tanto interno como el proveniente del exterior, sigue en caída libre. El primero, por la pérdida del poder adquisitivo de los argentinos; y el segundo, por lo caro que está nuestro país en dólares. En el área deportiva —su expertise, dado que fue un célebre campeón mundial de motonáutica— tampoco tiene muchos pergaminos para mostrar, sobre todo con el desfinanciamiento de la actividad. Sin embargo, Daniel Scioli sorprendió en Ambiente con un gran logro, a pesar de integrar un gobierno que niega el cambio climático.

Como máxima autoridad de la cartera, el exgobernador bonaerense se puso al hombro la relocalización de familias de carpinchos en Nordelta, trabajando mancomunadamente con los expertos y luchando mano a mano con la plaga para llevar tranquilidad a las familias que habitan ese espacio.